miércoles, 14 de marzo de 2012

La lluvia


por Tomás León

Dice un antiguo refrán que para disfrutar el arcoíris debemos primero aceptar la lluvia y otro reza que lo que único que podemos hacer con la lluvia es dejarla caer. Muchas de las letras de las canciones se refieren a la lluvia, el sonido de las gotas de lluvia cayendo sobre el tejado o sobre el patio son un poderoso efecto en nuestra imaginación y ver la lluvia en las películas no es algo casual. Y es que la lluvia tiene un efecto poderoso en nuestras vidas.

El clima nos influye a cada paso y los cambios alteran nuestro estado de ánimo. Generalmente la lluvia se la asocia con la tristeza y es que obviamente cuando llueve sentimos frío y ese frío junto al agua impiden que realicemos actividades que teníamos planeadas. Es decir la lluvia se vuelve un obstáculo por esa misma razón no hay imagen más poderosa que una actividad en medio de la lluvia un beso bajo esta o un gol en medio de la tormenta y el lodo son el mejor de indicio de que vencimos la adversidad. 

Y que decir de cuando la lluvia se vuelve un desahogo o llena la carencia tras una larga sequía. Es entonces que la lluvia se vuelve vida, es emotiva, sensual, trágica. Amiga y enemiga, suave o lenta, acaricia o destruye pero siempre es dinámica.