martes, 20 de septiembre de 2011

Hacerle un gol a un goleador


Algunos meses antes del mundial de fútbol Sudáfrica, mi jefe me pidió que preparara el equipo, es decir cámara, casetes, micrófono, trípode y audífonos, para grabar una entrevista. En el camino me enteré que nuestro entrevistado sería Carlos Tenorio, el jugador de Liga y de la selección nacional. Él estaba de visita en Ecuador y solo teníamos ese día para entrevistarlo, luego se iría para Esmeraldas y posteriormente regresaría a Emiratos árabes a su club. Una de las cosas que me enteré era que Carlos jugaba desde chico al fútbol muy bien con mucha pasión y que el consejo que mi jefe, que lo conocía desde niño pues era el párroco del barrio donde creció Carlos, era que estudiase pues “el fútbol no te va a dar de comer”.

Cuando se encontraron lo primero que le dijo fue “que bueno que no me hiciste caso” y Carlos con mucha humildad le respondió, “gracias padre porque sus otros consejos si los seguí y me ayudaron”.


Sus compañeros, sus amigos y los periodistas lo conocen como el Demoledor y los arqueros tiemblan al escuchar ese nombre. Pero una vez terminada la entrevista yo me fije en un balón que estaba en el césped. Era un Jabulani, el balón oficial de la FIFA para ese mundial, no me podía resistir a la tentación de patear esa obra de arte ya que en el país aun no llegaban y Carlos Tenorio lo tenía allí en su patio. Luego apareció otro balón el de su pequeño hijo de 8 años, Justin con otro balón este tenía impreso los continentes como los mapamundis de las escuelas y junto a Justin empezamos a jugar pero en eso Carlos volvió al patio y se armó el partido él y Justin contra Fredy el productor del programa y yo.

Tras varios pases suaves empezamos a ser más incisivos en el ataque, no era fácil teníamos al demoledor frente a nosotros y nos estaban ganando dos a cero, más impresionante al verlo dominar el balón “mapamundi”. De verdad el tiene el mundo a su pies, pensé, pero decidí olvidar con quien estaba y puse todas mis ganas para jugar un buen partido. Y llegó. Gracias a un infortunado tope de Justin el dos a uno y luego en un instante pude robar el balón a Carlos y anotar el gol de empate. Las seis y media de la tarde teníamos que irnos no pudimos continuar el juego para ver quien ganaba pero en mi mente repase muchas veces ese gol al goleador.