jueves, 8 de diciembre de 2011

Days are numbers (The traveller) Alan Parsons Project
Edición realizada con videos de varias cámaras fotográficas y en diversos momentos. genial canción.



lunes, 26 de septiembre de 2011

CONTRAVÍA

El jueves 29 de septiembre, Contravía, una de las bandas más emblemáticas del país, vuelve a interpretar sus temas tras 12 años de ausencia.



Aunque este regreso es esperado por su público no es más que un adiós que por diversas circunstancias nunca pudieron decirle a sus seguidores. “En 1998 Jay logró una beca para estudiar en Los Ángeles, Marcelo volvió a Chile su (país natal) y a Pancho lo llamaron para trabajar en una agencia de publicidad en Costa Rica” nos cuenta Felipe el vocalista y continúa: “no hubo tiempo de hacer una despedida formal del grupo, es algo que le debemos al público”. 

Esta es la razón por la que aceptaron una invitación de Plaza de las Américas, a tocar en un concierto el  Jueves 23  de Octubre del 2011 como resultado de una encuesta en la que Contravía sonó como una de las bandas que la gente quiere volver a escuchar.



“Hay nostalgia por Contravía” cuenta Yuri Carrasco de JC Radio la Bruja, y reconoce en el grupo un trabajo musical bien logrado que integraba calidad musical, con letras interesantes y una interpretación magistral de sus integrantes. 

El grupo es reconocido como una de las grandes Bandas de Pop Rock de los años 80 y 90 en Ecuador. Tapando el sol con un dedo, Tel Aviv, Músicos, entre otros; sonaron con fuerza entre 1988 y el 1998. Diez años en los que Contravía marcó un camino para otros artistas, en una época en la que los músicos nacionales no contaban con el apoyo ni de las emisoras de radio ni del mismo público. 

Efectivamente, la fusión del pop- rock con algo de música clásica y jazz, con influencias de bandas como Rush, Toto y grupos argentinos, se unieron a verdaderos talentos como Felipe Terán en la voz, Marcelo Aguilar en el Bajo, Jay Bayron en los teclados y en la batería Pancho Terán, que ha realizado una exitosa carrera en solitario. 

Pero Contravía también acogió entre sus filas a Nelson García del grupo Umbral y en la última etapa se les unieron Ivis Flyes y Chrsitian Mejía que posteriormente formarían la Grupa. Carlos “Pantera” Pizarro, famoso percusionista colombiano, pasó por sus filas, aunque no fue parte formal del grupo. La noticia de la vuelta a los escenarios mostro mucho interés en público de varias edades y también en otros músicos como Pablo Morán ex baterista del grupo Cacería de Lagartos y hoy realizador del programa Día a Día de Teleamazonas quien nos cuenta que Contravía fue el grupo a seguir: "Todos queríamos ser como ellos" dice.




“ME ENCANTABAN, ME ENCANTAN Y ME ENCANTARAN ERAN GENIALES!!! DE ESOS QUE HAY POQUITOS AHORA :( Y YO NO CREO QUE PUEDA IR BUAAAAA SIN EMBARGO SE QUE ESTARAN COMO SIEMPRE MARAVILLOSOS Cuenta Inés María Arroyo

De ley debo ir...que recuerdos de esta grandiosa banda ecuatoriana...espero el grupo sean los originales!!! Dice Sebastián Samaniego.

Por diversos motivos no estuvieron todos los integrantes ni Jay Byron ni Marcelo Aguilar aunque  les gustaría reunirse para un concierto un concierto de despedida del que saldría un cd en vivo con los mejores temas del grupo”.

En el concierto estuvieron Pancho y Felipe Terán  a quienes se unieron dos  nuevos talentos en los coros que son Jennifer hija de Jay Byron y Camila hija de Felipe Terán.



El antes y después de Contravía Hace 25 años nació una familia conformada por dos personas que tuvieron la sabiduría necesaria para dejar a sus hijos desarrollar libremente sus talentos. Federico Terán y Mercedes Guerra criaron a doce hijos en un hogar en donde fluyeron el amor y el arte a raudales. 

De esa familia nacieron los Hermanos Diablo, el grupo musical que alcanzó su cima en los años 70. Los Hermanos Diablo obtuvieron reconocimientos internacionales como, 2 Festivales OTI y giras internacionales en varias ciudades como: México, Caracas, Bogotá, Los Ángeles, San Francisco, etc. 

Más tarde, de esa misma herencia, nació el grupo Contravía que sonó fuerte en nuestro país con temas como “Tapando el sol con un dedo”. De Contravía surgió, posteriormente, Pancho Terán, reconocido artista ecuatoriano quien tuvo gran éxito por temas como “Negra” "Tu Lugar" entre otros.

martes, 20 de septiembre de 2011

Hacerle un gol a un goleador


Algunos meses antes del mundial de fútbol Sudáfrica, mi jefe me pidió que preparara el equipo, es decir cámara, casetes, micrófono, trípode y audífonos, para grabar una entrevista. En el camino me enteré que nuestro entrevistado sería Carlos Tenorio, el jugador de Liga y de la selección nacional. Él estaba de visita en Ecuador y solo teníamos ese día para entrevistarlo, luego se iría para Esmeraldas y posteriormente regresaría a Emiratos árabes a su club. Una de las cosas que me enteré era que Carlos jugaba desde chico al fútbol muy bien con mucha pasión y que el consejo que mi jefe, que lo conocía desde niño pues era el párroco del barrio donde creció Carlos, era que estudiase pues “el fútbol no te va a dar de comer”.

Cuando se encontraron lo primero que le dijo fue “que bueno que no me hiciste caso” y Carlos con mucha humildad le respondió, “gracias padre porque sus otros consejos si los seguí y me ayudaron”.


Sus compañeros, sus amigos y los periodistas lo conocen como el Demoledor y los arqueros tiemblan al escuchar ese nombre. Pero una vez terminada la entrevista yo me fije en un balón que estaba en el césped. Era un Jabulani, el balón oficial de la FIFA para ese mundial, no me podía resistir a la tentación de patear esa obra de arte ya que en el país aun no llegaban y Carlos Tenorio lo tenía allí en su patio. Luego apareció otro balón el de su pequeño hijo de 8 años, Justin con otro balón este tenía impreso los continentes como los mapamundis de las escuelas y junto a Justin empezamos a jugar pero en eso Carlos volvió al patio y se armó el partido él y Justin contra Fredy el productor del programa y yo.

Tras varios pases suaves empezamos a ser más incisivos en el ataque, no era fácil teníamos al demoledor frente a nosotros y nos estaban ganando dos a cero, más impresionante al verlo dominar el balón “mapamundi”. De verdad el tiene el mundo a su pies, pensé, pero decidí olvidar con quien estaba y puse todas mis ganas para jugar un buen partido. Y llegó. Gracias a un infortunado tope de Justin el dos a uno y luego en un instante pude robar el balón a Carlos y anotar el gol de empate. Las seis y media de la tarde teníamos que irnos no pudimos continuar el juego para ver quien ganaba pero en mi mente repase muchas veces ese gol al goleador.

 



martes, 23 de agosto de 2011

ejercicio de PHOTOSHOP




"Un ejercicio de Photoshop,a partir de una fotografía hacer una lata de refersco y ponerla sobre otra foto"

El discurso de Matías

Luna llena. San Jacinto. Manabí.









¡¡¡Marcelita estamos en la playa, estamos en Pedernales….¡¡¡ y estoy viendo el maaar¡¡¡ dijo Matías con emoción mientras sujetaba el teléfono.

Y yo como si todo el océano que teníamos en frente quisiera pasar por mi garganta y salir de nuevo por lo ojos. Yo, con una sonrisa que intentaba disimular la ganas de llorar.

Pero llorar no de tristeza sino de alegría porque para mi esa frase de Matías, mi hijo. Esa frase, esa cortísima frase era todo un discurso viniendo de él.

Y así parqueados frente al mar tras una llamada que solo tenía por objeto informar a la familia que llegamos bien a nuestro destino surgió ese momento glorioso: Matías que a sus cuatro años y medio aún no quería hablar tomó el celular y habló con su abuelita. Luego hubo más palabras y monosílabos pero hubo también frases enteras y hasta un comentario: aquí no ha habido iglesia.
Fue hace dos días y sigo repitiendo en mi mente esas palabras, esa expresión de asombro y alegría en su rostro.
Los recuerdos se mezclan también con la desesperación que sintió cuando se dio cuenta de que habíamos olvidado su almohadita bebé y nos pedía que regresáramos a traerla y me angustié con él. Pero luego la paz vino con las olas del Pacífico.

Algunos días atrás aún la sin luna. Quito

Faltan pocos días para salir de vacaciones, mientras tanto yo golpeo las teclas de la computadora portátil haciendo algunos apuntes y consultas miro a la ventana aparece una uña de luna, una luna naciente, pienso en el viaje que vamos a realizar y siento la misma angustia que tengo siempre antes de cada paseo; esa sensación de que me puedo olvidar algo, los papeles del carro, perdernos por algún camino, que me coja el cansancio al manejar, que no hay hotel y cada problema deja ver por si solo la solución, sin embargo yo guardo este temor por que la vez es una forma de estar alerta y anticiparme a las cosas.

Este miedo no es gratuito es como dice algún estudio psicológico: es la memoria genética, lo heredé de mis padres o mis abuelos y claro, repaso mi vida y me encuentro con la primera vez que yo conocí el mar, ya tenía unos 9 años pero un año atrás mi mejor amigo de la escuela había perdido a su padre en el mar y no quería que me pasara lo mismo. Por eso yo no dejaba de ver a mi papá, pero aún más él tenía miedo de que nos pase algo a mi y a mi hermana y ese miedo ese exceso de cuidado se lo pasé yo a Matías.

No es que él no pueda hablar. Es que heredó ese exceso de cautela de prudencia y no habla sino lo estrictamente necesario por ejemplo luego de mirar y mirar un árbol no sube a él sino esta plenamente convencido de que todo esta bajo control.

Y entender toda esa prudencia nos costó lágrimas, la mayoría de los niños empiezan a hablar al año y medio sin embrago Matías solo expresaba monosílabos y repetía frases. En la guardería nos hablaron de exámenes, de pruebas, de sicólogos, de neurólogos, de jarabes, estimulación temprana y una escuela para terapia del lenguaje.

No, no más.No queríamos más de nada solo esperábamos que de un día para el otro el nos sorprendiera con cualquier palabra con cualquier frase.  Se que mis miedos él los entiende, se que debo dejar que él enfrente sus miedos…y los venza y con eso se irán mis miedos, pero para esto debo dejarlo vivir. Y yo... debo dormir.

Casi cuarto de Luna. Quito

Tenemos un mapa de carreteras, un plan de viaje, una cámara de fotos, las prendas necesarias para la playa, el dinero y como siempre un poquito de mis recelos… por si acaso.
Me siento confiado en Edith, mi esposa, que tiene un sentido de aventura mucho más grande que el mío y adornado con un sentido de orientación magnifico, además maneja desde que tenía 12 años y maneja muy bien, su padre le enseño durante sus viajes como arreglar el carro, es muy práctica y previsora.
Mejor sigo haciendo mis tareas, leyendo, consultando. Me duermo.


Casi, casi luna llena. Quito

La angustia sigue rondando mi cabeza, que tal si le sienta mal a Matías que tal si no quiere ver el mar, después de todo cuando era más chico al ver el mar fue presa del pánico y grito y lloró hasta que no pude más y nos fuimos, pero ahora es diferente. Tiene que ser diferente. No hay de otra. Es el último paseo antes de que entre a la escuela y este viaje tiene que ser diferente. No solo para él sino para mí y yo he estado trabajando y trabajando mucho en esto de ser papá.

Antes no dejaba que mi hijo tuviera nada a su alrededor que lo pudiera lastimar, si se caía yo corría con desesperación a auxiliarlo. Ahora no, estoy pendiente pero se que él tiene que aprender a levantarse y ya lo ha hecho, me lo ha demostrado, se supera día a día y me sorprende con su habilidad para levantarse para aprender nuevas cosas, armar los legos, la memoria que tiene, su afición por las iglesias, sobre todo su pasión por la iglesias, nunca le hemos obligado a ir a una, le enseñamos a rezar pero nunca como obligación, es algo que el mismo nos pide cada noche antes de acostarse. Y cómo se ríe cuando mira los Hermanos Kratts en la tele. Ya no es él soy yo el que con mi exceso de protección, de preocupación le freno su desarrollo. Lo entendí: si voy preocupado haré cosas que rieguen la tensión en el aire, entonces dejo todo, cierro los ojos y determino que voy a descansar.


Luna llena. San Jacinto. Manabí.

Después de su famosa frase no ha parado de hablar, pregunta todo, come muy bien, entró al agua jugó en la playa, se encontró una estrella de mar y la llevó hasta el agua para que vuelva a su casa. En la mañana vemos a los pescadores, los ojos de Matías no dejan de explorar el entorno y los mira y empieza a describirme las cosas que ve. Papito esas son las redes y sirven para atrapar peces para que podamos desayunar. Y empieza a gritar a dirigir la operación de pescar Jalen, jalen, ha visto las gaviotas y a un par de pelicanos y su tesoro es ahora una pluma de pelicano que encontró en la playa y me dice que va a comprar tinta azul para que yo escriba con la pluma que encontró. Y no deja de fijarse en las iglesias y nos pide que entremos a una, que interés tienen por las iglesias. ¿Por qué quiere que entremos en cada iglesia que ve?. No podemos parar porque, claro están a la vista en la carretera pero, debemos avanzar y aplazamos la visita a una iglesia. Me siento confiado, alegre, optimista y seguimos el viaje. Mañana rumbo al Sur a Guayaquil.

Luna llena. Guayaquil.

En el viaje Matías ha hablado sin parar describe todo y pregunta todo si yo le respondo él gira y le cuenta a la mamá como si ella no hubiera escuchado nada y de igual forma me cuenta todo lo que acaba de aprender. Recuerda con detalle sobre Manta y el puente, el paso por Montecristi y en especial su Iglesia, que por cierto a mi me llamó la atención por que tiene en la pared vecina una figura de Eloy Alfaro hecha con baldosas, pero en fin tampoco pudimos entrar en la iglesia y sigue recordando que vio la playa por la tarde y las gaviotas. ¿Dónde esta mi pluma de pelicano? Y revuelve todo el carro hasta encontrarla.
Le pregunto a Edith: ¿quién es este guagua y dónde nos lo cambiaron?, nos reímos felices de escucharlo hablar y el sigue dueño de su mundo es amigo de todos, se alegra de estar en Guayaquil conoce la ciudad y se vuelve nuestro guía en el Parque histórico al que asombrosamente recuerda pues estuvo ahí cuando tenía dos años, lleva a sus primos y les cuenta de las cosas que hay allí.


Terminamos el recorrido en la parte donde están los cocodrilos, las aves, los zorros y luego los lleva de la mano hasta donde sabe que hay una iglesia. Nos mira y les dice a sus primos adolescentes a esa iglesia si vamos a entrar no tenemos apuro. Yo también entro, algunos metros atrás de ellos. En el silencio repaso sus palabras, ¡habló¡, Matías habló y ahora yo no digo nada y agradezco así sin pronunciar palabra sin emitir sonido alguno y así mismo lloro.

jueves, 11 de agosto de 2011

Al pie del Chimborazo




"Una tarde de verano, de paso por la carretera no pudimos evitar el acercarnos al Chimborazo, un viento muy fuerte nos recibía en el refugio pero, un paisaje hermoso nos alentaba a seguir."